Traductor

NOVELAS EJEMPLARES

Entre 1590 y 1612 Cervantes escribió una serie de novelas cortas  que después acabaría reuniendo en 1613 en la colección de las Novelas ejemplares, dada la gran acogida que obtuvo con la primera parte del Quijote. En un principio recibieron el nombre de Novelas ejemplares de honestísimo entretenimiento.
Dado que existen dos versiones de Rinconete y Cortadillo y de El celoso extremeño, se piensa que Cervantes introdujo en estas novelas algunas variaciones con propósitos morales, sociales y estéticos La versión más primitiva se encuentra en el llamado manuscrito de Porras de la Cámara, una colección miscelánea de diversas obras literarias entre las cuales se encuentra una novela habitualmente atribuida también a Cervantes, La tía fingida. estas son sus novelas ejemplares mas conocidas
La gitanilla es la más larga de las novelas ejemplares, y puede tener elementos autobiográficos en una historia amorosa que tuvo un pariente lejano de Cervantes.
se centra en el artificio del reconocimiento de una persona al final de la obra. Se trata de una muchacha de origen noble raptada por unos gitanos y educada por ellos; un noble que se enamora y decide llevar vida gitana tras ella, hasta que al fin se descubre todo y la historia termina felizmente, posibilitándose el matrimonio de la pareja.
El amante liberal es una novela morisca donde también aparece el tema del rapto, con la historia de un joven siciliano llamado Ricardo que es raptado al igual que a la bellísima Leonisa que es vendida a dos moros por un judío para regalársela al gran turco, entramada con líos amorosos, y aventuras.
En Rinconete y Cortadillo dos muchachos «se desgarran» (se fugan de la casa familiar) y emprenden una vida picaresca con ayuda de la baraja y del hurto, hasta que van a parar a Sevilla, donde mientras trabajan de esportilleros son captados por una asociación mafiosa de malhechores, una especie de sindicato del crimen sevillano gobernado como una cofradía por el hermano mayor, Monipodio. Se suceden diversas escenas de género propias de un entremés o una jácara donde se presentan alguaciles corruptos, ladrones, matones, chulos y prostitutas; acabado este desfile de tipos, los pillos muchachos deciden regenerarse.
En La española inglesa el rapto vuelve a aparecer en la persona de una muchacha arrebatada en la invasión inglesa de Cádiz y que se educa en Londres como dama de compañía de la reina Isabel I de Inglaterra, que aparece descrita sin animadversión. Pierde el cabello por un bebedizo pero todo se arregla al final.
En El licenciado Vidriera el estudiante pobre Tomás Rodaja marcha a Salamanca a estudiar acompañando a un noble y allí se licencia con honores; viaja por diversas ciudades de Italia, pero pierde la razón a causa de un filtro de amor que le han suministrado en secreto y cree tener el cuerpo de vidrio y ser sumamente frágil. Sin embargo, su agudeza es sorprendente y todos le consultan. La novela es en realidad una colección de las agudezas en prosa del protagonista, al estilo de una de las misceláneas tan frecuentes en el Siglo de Oro. Finalmente recobra el juicio, pero ya nadie le contrata ni va a verle.
En La fuerza de la sangre se construye un relato casi policíaco, en el que una doncella violada con los ojos tapados logra reconstruir intelectualmente el crimen hasta dar con el culpable y forzar de él que se case con ella restituyendo su honor.
El celoso extremeño narra los celos patológicos de un viejo indiano que vuelve a España enriquecido y encierra a su jovencísima esposa en una casa herméticamente, sin permitirle que salga ni que nada masculino pase la puerta, en la cual ha instalado como vigilante a un esclavo negro con orden de no dejar pasar a nadie. El seductor Loaysa lo logra engatusando al negro, al que le encanta la música, con una vihuela, y se acuesta con la moza. Sin embargo, no hacen nada, aunque en el manuscrito de Porras de la Cámara sí se consuman los cuernos. El viejo, humillado, se muere de pena.
En La ilustre fregona dos jóvenes de buena familia, Carriazo y Avendaño, deciden lanzarse a la vida picaresca. En un mesón de Toledo Avendaño se enamora de Constanza, una fregona o sirvienta, lo que hará que los dos jóvenes decidan detener allí su viaje. Finalmente se descubrirá que Constanza es de noble nacimiento, hija natural del padre de Carriazo, por lo que nada impedirá su boda con Avendaño.
El casamiento engañoso narra el timo que hace una señorita aparentemente honesta a un militar casándose con él; éste ignora que ha sido una meretriz y esta lo abandona dejándole una enfermedad venérea que debe purgar con sudores en el hospital de Atocha, donde transcurre la próxima novela.
En El coloquio de los perros el militar, que está purgando su enfermedad en medio de fuertes fiebres, asiste de noche a la conversación entre dos perros, Cipión y Berganza; uno cuenta al otro la historia de su vida y sus muchos (y muy sinvergüenzas) amos y dejan para el día siguiente la relación del otro. Se trata de una fantasía al estilo de las de Luciano de Samosata y el desfile entremesil de tipos, entre ellos unos pastores y una bruja, recuerda al de una novela picaresca o un entremés.

Los trabajos de Persiles y Sigismunda

Es la última obra de Cervantes. Pertenece al subgénero de la novela bizantina. En ella escribió la dedicatoria a Pedro Fernández de Castro y Andrade, VII Conde de Lemos, el 19 de abril de 1616, cuatro días antes de fallecer, donde se despide de la vida citando estos versos:
Puesto ya el pie en el estribo,
con ansias de la muerte,
gran señor, esta te escribo.
El autor ve claramente que le queda poca vida y se despide de sus amigos; no se hace ilusiones, sin embargo desea vivir y terminar obras que tiene en el magín, cuyo título escribe: Las semanas del jardín, El famoso Bernardo y una segunda parte de La Galatea. En el género de la novela bizantina, cuenta Cervantes, se atreve a competir con el modelo del género, Heliodoro.
La novela, inspirada en la crónica de Saxo Gramático y Olao Magno y en las fantasías del Jardín de flores curiosas de Antonio de Torquemada, cuenta la peregrinación llevada a cabo por Persiles y Sigismunda, dos príncipes nórdicos enamorados que se hacen pasar por hermanos cambiándose los nombres por Periandro y Auristela. Separados por todo tipo de peripecias, emprenden un viaje desde el norte de Europa hasta Roma, pasando por España, con finalidad expiatoria antes de contraer matrimonio. La obra es importante porque supone en el autor un cierto distanciamiento de las fórmulas realistas que hasta el momento ha cultivado, pues aparecen hechos tan peregrinos como que una mujer salte de un campanario librándose de estrellarse gracias al paracaídas que forman sus faldas o que haya personajes que adivinen el futuro. Los personajes principales aparecen algo desvaídos y en realidad la obra está protagonizada por un grupo, en el que se integran dos españoles abandonados en una isla desierta, Antonio y su hijo, criado en la isla como una especie de bárbaro arquero en contacto con la naturaleza. Los últimos pasajes del libro están poco limados, ya que el autor falleció antes de corregirlos. La obra tuvo cierto éxito y se reimprimió varias veces, pero fue olvidada en el siglo siguiente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario